Los pasados 11 y 18 de Septiembre, en Barcelona, hubo dos manifestaciones y otras cosas anexas con objetivos confluyentes en su extremismo y esterilidad nacionalista, aunque con envoltorio antagónico e irreconciliable. La del 11, como viene siendo habitual hace ya unos años, proclamaba que “españa es la causa de todos los males y la diana de nuestros desafectos y odios”. La del 18, no tan habitual pero latente en la sociedad catalana, proclamaba que “catalunya es la suma de todos los males y la diana de nuestros desafectos y odios”. La minúscula es deliberada porque la realidad con mayúscula nada tiene que ver con esas caricaturas. Los primeros esgrimen como coartada la “evidente opresión y expolio colonial que ejerce españa contra catalunya” Los segundos esgrimen “la discriminación y persecución que sufre la lengua castellana en la escuela y en el universo catalán en su conjunto”. No hay más que darse una vuelta para comprobarlo.
A estos dos eventos dediqué sendos artículos por un importe total de 2200 palabras. Dos terceras partes para los del 11 y el resto para los del 18. Me pide la gente amiga de FED, entidad federalista de la que soy miembro pleno, fundir y resumir ambos como condición, obvia, para intentar publicarlo. Lo intento y si lo leen es que el intento fue exitoso.
—- El 11-S de este año estaba en el ambiente que los secesionistas andan divididos. Hace tiempo que eso es evidente y en el Fossar, en la ofrenda a Casanovas (para cuándo una ofrenda a Don Antonio de Villarroel) y en la manifestación de la ANC, pudo comprobarse esa división. Los “moderados” de ERC-Omnium dicen abiertamente que las agitaciones secesionistas de 2017 han sido un fracaso y están agotadas … pero no tienen coraje para ofrecer nada alternativo y siguen templando gaitas. Los “radicales” de la diáspora convergente, que pastorea Puigdemont, y la ANC, sostienen que el 2017 está bien vivo y es cuestión de desempolvarlo y sacarlo de nuevo a la calle. Como el Cid pero en vivo.
—- Ví desfilar la manifestación de la ANC a pié firme apalancado a una valla a la altura de la entrada principal de la Capitanía. Pasó gente en abundancia, mayoritariamente en actitud festiva y correcta. Pero no pocos, demasiados, se transformaban en odiadores profesionales a la vista de la Capitanía, la bandera de España que había en lo alto del edificio y la presencia de la policía autonómica custodiándola. Lo que soltaban por aquellas bocas es irreproducible. Como es habitual en estos casos, el parentesco de madres y putas aplicada a lo español era la identidad de aquellos energúmenos. Al verlos y oírlos no podía dejar de pensar en monsergas como la transversalidad, la tolerancia secesionistas, la cosa esa de un solo pueblo …
—- Y llegó el momento estelar de las celebraciones cuando una señora, presidenta de la ANC, se subió a la tribuna con un galón de gasolina para poner fin al incendio. Antes de entrar en faena la señora, las masas con camisetas negras que habían marchado sobre Barcelona ya estaban afónicas de gritar “gobierno dimisión”, el suyo, y que todos los partidos, los propios, no sólo ERC, los estaban traicionando. Y la presidenta estuvo a la altura: Tenemos el 52% en el Parlament, pues que se declare ya la independencia, ni referéndum ni leches; si no la declaran convoquen elecciones, y nosotros, la ANC, presentaremos una candidatura, porque el motor y el puente de mando de la independencia está en las calles, que serán siempre nuestras, y dejémonos de partidos, parlamentos, referéndums y gaitas. Ale.
—- Ese segmento de la sociedad catalana que referencia Puigdemont doy por supuesto que no son imbéciles y que saben de sobra que la independencia, tal como la plantean, es imposible porque no tiene los mínimos anclajes ni en Catalunya, ni en España, ni en Europa ni en la escena internacional. Yo creo que saben que insistir en esa vía muerta del 2017 y poner en “las calles” la dirección del proceso hacia la nada, garantiza tres desastres: 1) Seguir alimentando el crecimiento del neofascismo españolista por siniestro efecto reactivo que lleva a los extremos a tocarse y a retroalimentarse, hasta que lleguen a ganar la gobernación de España en forma de coalición PP/VOX, 2) El retorno de un 155 de larga duración, en consecuencia, 3) La pérdida de la autonomía y el autogobierno de Catalunya que emanan de la Constitución y el Estatuto en vigor, la más profunda y próspera que ha conocido esta tierra en la era moderna. Siendo todo tan evidente, ¿por qué esta obcecación?.
—- Los partidos derechistas y un poco más -PP, VOX y un Ciudadanos que se extingue-y la sopa de letras de entidades que convocaban la manifestación del 18 de Septiembre, creen tener una misión histórica a cumplir: Tenemos el derecho y el deber de españolizar Catalunya y empezar por la escuela es lo más eficaz porque, hoy por hoy, la escuela en Catalunya es una factoría de producir niños y niñas secesionistas. En su delirio no se han parado a pensar que, con toda seguridad, debe haber secesionistas que no hablan catalán y españolistas ultras que hablan castellano con mucha dificultad. Veamos:
—- España tiene cuatro idiomas reconocidos en nuestra Constitución y en los correspondientes Estatutos de Autonomía: castellano, catalán, gallego y euskera, por orden alfabético. Y los cuatro, por lo tanto, son lenguas españolas mal que les sepa a los desubicados propensos a utilizar nuestras lenguas como bayonetas y trincheras.
—- A mi juicio, esa diversidad es la mayor riqueza de España y de las nacionalidades y regiones que la componen. Son, además, un instrumento fabuloso para conocernos, hablarnos, entendernos, querernos, vivir y convivir, progresar juntos.
—- Nuestra diversidad nos fortalece si somos capaces de entenderla y aplicarla no desde el antagonismo, la competencia y la supremacía sino que, por el contrario, nadie es más que nadie y no sobra nadie en este inmenso espacio cargado de Historia y retos de futuro compartidos.
—- Dicho lo anterior, afirmo con rotundidad que el castellano goza de una excelente salud en Catalunya y que el catalán no tiene fecha de caducidad, como afirmaba el errático Boadella hace unos días, ni mucho menos, pero es tarea y responsabilidad de todos promover y proteger el catalán en todos los ámbitos, como lengua española que es.
—- La inmersión lingüística vigente en Catalunya es resultado del compromiso histórico que alumbró la Constitución y el Estatuto de Autonomía hace ya más de 40 años. No es ni el capricho ni la imposición de nadie contra nadie, y ha funcionado bien para impedir una fractura social irreparable de Catalunya, desde la escuela misma, a causa de la lengua, la cultura o el origen de cada cual. A veces tengo la impresión que separatistas y separadores aspiran comúnmente a provocar esa fractura.
A la vista de este cuadro, me parece que lo más lógico, útil y coherente es echar una mano al PSC y a Federalistas de Izquierdas, FED, cuantos aspiramos a la convivencia, la paz civil y la solidaridad justa en el seno de Catalunya y en la implicación de ésta con el conjunto de España y de Europa.
*Afiliado al PSC y a FED
(19.9.2022)