“La izquierda debe hacer una apuesta inequívocamente federalista. Por mucho que quepa como opción legítima en el ordenamiento democrático, la independencia no es un objetivo progresista. Y la “confederalidad” no es más que un independentismo avergonzado de su trasfondo nacionalista. La combinación de autogobierno y cooperación fraternal que define al federalismo es la única perspectiva que corresponde a los intereses de las clases trabajadoras y populares. Ya va siendo hora de decirlo claro. Del mismo modo que es necesario dejar atrás la idea de un referéndum para resolver el conflicto catalán. Un problema de tal complejidad sólo puede ser resuelto a través de la democracia deliberativa, mediante la negociación y el pacto.”
La izquierda siempre llama dos veces (blog Lluisrabell,com, 4 de marzo de 2020)