«Los Estados de la Unión solo salvarán sus disfunciones diluyéndose con un gobierno federal y una presidencia ejecutiva, con poder real sobre todo el territorio, sus fronteras y su política exterior; con la apuesta por una política regional que desarrolle la economía en función de la geografía y no de los límites estatales; situando la sociedad del conocimiento en el centro de las políticas, contribuyendo a equilibrar al alza la inversión en investigación e innovación; y, entre otros, con la creación de un ejército común, preparado también para emergencias civiles.»
La patria de los muertos (El País, 28 de marzo de 2020)