ActualidadNoticiasOpinión

“Parafraseando al politólogo italiano Giovanni Sartori, bien podríamos afirmar que, en efecto, el pueblo tiene derecho a equivocarse, pero que a ese derecho le corresponde la obligación, por parte de los responsables políticos, de intentar evitar por todos los medios a su alcance dicha equivocación. Pero si estos carecen de la capacidad política para hacerlo o del arrojo personal para atreverse a contrariar a los suyos cuando estos se encaminan decididamente hacia el error (y no miro a nadie), se desprende de la misma afirmación que lo que los responsables políticos deberían tener rigurosamente prohibido es potenciar el error a sabiendas de que lo es. Porque inducir a error es, a fin de cuentas, otro de los nombres del engaño. Y tal vez la capacidad para engañar con habilidad sea una cualidad exigible al agente secreto, pero constituye el rasgo más funesto para los ciudadanos que puede adornar a un político.”

Puigdemont: Napoleón Solo, por Manuel Cruz, El País (18/92/2018).