Blog (Izquierda sin fronteras)

El poder ha llamado a la puerta de Manuel Cruz y él la ha abierto de par en par. ¿Qué es lo que interesa al poder del conocimiento y qué es lo que interesa al conocimiento del poder?¿Es Manuel un tránsfuga?¿Qué hipoteca un filósofo con la disciplina de voto?

Sobre el tema han corrido ríos de tinta y no voy a ser yo quien descubra la piedra filosofal, y nunca mejor dicho. Hannah Arendt, quizás quien ha reflexionado más lúcidamente sobre la relación entre conocimiento y acción política escribió que las posibilidades de que la verdad de los hechos sobreviva a la embestida feroz del poder son muy escasas

Yo supe por primera vez de Manuel Cruz por un artículo que escribió en EL PAIS en 2001 conmemorando el 50 aniversario del fallecimiento de Wittgenstein.

Pasaron 10 años hasta que Manuel volviera a requerir mi atención a proósito de un artículo que publicó el 8 de Setiembre de 2012, tres días de mi boda con Meritxell celebrada a 500 km de una Diada que, por primera vez, no fue la de todos los catalanes

Aquel día va Manuel y escribe en EL PAÍS:

Los enamorados ignoran la abrumadora evidencia de que su pasión es perecedera, efímera y volátil. Esta es la prueba más concluyente de que estamos ante una formidable arma de idiotización masiva.

Pero hay más: La cita que encabezaba el artículo rezaba:

“Te vas a casar con otro, con otro que no soy yo”

El azar, si es que el azar existe, condujo a Manuel hasta la rumba de la que procede esta cita; cita, que quizás conociera en la versión del grupo Marea y cuyo primer disco se tituló La patera. ¡Véis como el azar no existe¡ De hecho Marea versionó esta rumba en 2011, es decir, poco antes de que Manuel escribiera su amarga diatriba contra la locura del

amor, a partir de un éxito anterior de Los Chunguitos también versionado por El Fary. Federalismo puro.

Decidí vengarme de Manuel y encabecé el speech de mi boda con la muy filosófica anécdota según la cual un joven se acercó a Sócrates preguntándole si debía o no contraer matrimonio a lo que Sócrates respondió “si encuentras una buena esposa serás feliz, si no te harás filósofo”. Así que, como ven, la partida quedó en tablas.

Quien podía imaginarse el día de su propia boda que el filósofo al que acababa de denostar amigablemente cenaría en casa pocas semanas después.

Vayamos por partes. El azar, si es que el azar existe, propició el primer encuentro de lo que diez meses más tarde llegaría a ser la Asociación Federalistes d’Esquerres. El detonador fueron las inminentes elecciones en clave plebiscitaria. Yo vivia mi vida de cirujano universitario y dedicaba también tiempo y estudio a la crítica cultural en plan aprendiz de Steiner y a la reflexión sobre la deriva corporativista y biologista de la Medicina en plan aprendiz de Ivan Illich. Y en esas que me atrapa un tal Quim Coll en una misteriosa llamada al móvil. Se trataba de una conspiración.

El primer encuentro lo mantuvimos en la antigua fábrica de cervezas Moritz de la Ronda San Antonio, Manuel Cruz, Quico Trillas, Bea Silva (y su hija de cuatro años), Quim Coll i Anna Sanz. Nos quedamos con ganas y organizamos una cita posterior para cenar en mi domicilio de la Rambla del Poblenou. Se acercaban rápidamente las elecciones autonómicas de Noviembre y había interés y prisa por hacer algo. En casa aparecieron además Manuel Cruz, Xavier Roig y Carlos Pastor. Fluyó una buena química y repetimos esas citas en varias ocasiones alrededor de manjares de amplio espectro federal: lomo ibérico salmantino, queso manchego, salsichón de Vic y txakolí vasco. No menos memorables fueron las pizzas artesanales de Cal Mingo, una panadería plus de Poblenou. De ese calor inicial nació nuestro manifiesto fundacional Crida a la Catalunya Federalista i d’Esquerres.

Ese manifiesto cambió la vida y la obra de Manuel que, con anterioridad a la movida federal, se prodigaba en otros ámbitos de la reflexión tales como el amor, la educación, el magisterio de la historia como magisterio, la crítica al nihilismo post-moderno, etc. La prueba es que no he podido dar con ningún artículo suyo sobre federalismo escrito con anterioridad a la Crida. Pero lo que sí había ya en su modo de escribir era una predisposición innata a la crítica de las ideas. Creo que esta es su verdadera pasión filosófica. Y no solo crítica de las ideas que circulan en los medios académicos, sino de las que circulan a diario en los medios de comunicación; las ideas subyacentes a la cotidianidad. Manuel escribirá un día un grueso tomo titulado “Crítica de la razón corriente”. De modo que cuando asoma con fuerza la idea del independentismo con su cortejo de sofismas y medias verdades, Manuel se enciende y encuentra un campo excepcionalmente fértil para su martillo de herejes. Y ese fuego está en los albores de Federalistes.

El manifiesto pergeñado en veladas poblenovinas ve la luz el 17 Octubre 2012. EL PAIS publica pocos días después que “Cien intelectuales firman un manifiesto federal”. Pronto se alcanzaron en nuestra precaria web más de 2000 firmas de lo cual se hizo eco EL PERIÓDICO y fue entonces cuando nuestro pequeño grupo se dio cuenta que detrás de esas 2000 firmas había un tesoro enterrado. Ese tesoro fue excavado y descubierto en el acto del cine Goya el día 4 de Noviembre de 2012, acto que certificó la irreversibilidad de Federalistes. Aquí podéis ver la lista de los que tomaron la palaba en dicho acto que muestra la vocación por la pluralidad y transversalidad que caracterizó a Federalistes desde su inicio y que debe seguir siendo su ADN.

El 30 de Mayo de 2013 fueron convocados a una reunión en la Nau Ivanov los cien primeros firmantes que dieron su apoyo al manifiesto de la Crida. La reunión concluyó con la decisión de formalizar una asociación federalista. En Julio de 2013, tras una comida en el Ateneu, Manuel, Quico Trillas, Quim Coll, Dani Inglada, Domènec Benet, Pedro Provencio y yo mismo firmábamos los estatutos de Federalistes d’Esquerres que en Diciembre de 2013 serian refrendados legalmente por la Generalitat. El 25 de Setiembre Federalistes se presentó en sociedad en un acto celebrado en el Ateneu del que, a buen seguro todos guardamos una memoria imborrable.

Como suele decirse: el resto es historia. Tan solo tres años después, Federalistes se acerca a los 600 socios, ha celebrado cerca de 100 actos públicos y ha sido determinante en dar a conocer las ideas federalistas en Catalunya y Españaa.

Manuel escribe y escribe mucho. Me clavó en el sofá de casa cuando le escuché decir en un youtube “uno ha de escribir para tener memoria de sí mismo”. Frase para la historia al menos para mi historia. A los que tenemos cierta facilidad o por lo menos cierta afición a la escritura nos gusta fijarnos en el estilo de nuestros pares. Manuel ha triunfado como articulista a pesar de ser filósofo. No es fácil. El lenguaje filosófico suele ser algo oscuro y exige esfuerzos que pocos lectores de la prensa diaria están dispuestos a hacer. Pero Manuel sabe encontrar ese punto justo que se aleja de la mera erudición sin caer en la banalidad. A veces no puede sustraerse a cierto retorcimiento de la sintaxis más cercano, sin embargo, a Góngora que a Heidegger.

A los plumíferos nos gusta también indagar en la biografía intelectual de quien escribe. Mis primeras lecturas me engancharon irreversiblemente a la escuela del LSD, es decir, de la lucidez, la sinceridad y la decencia que representaron Wittgenstein, Orwell, Machado, Aranguren y Camus, para citar algunos de los ejemplos más sobresalientes. Estoy seguro de que Manuel se apuntaría. Por algunos de sus títulos periodísticos creo que además compartimos Borges y Kavafis. Compartimos también año de nacimiento –del que estamos particularmente orgullosos- y buenos maestros de pensar en nuestra adolescencia.

Manuel, te echaremos en falta pero nos sentimos orgullosos de que tu voz solista se haya incorporado al creciente coro federal. Llévate contigo al Congreso de los Diputados la sabiduría de los grandes helenistas: que el fresco cinismo de Diógenes te proteja del mal cinismo de los chaqueteros y toreadores de ideas; que el prudente hedonismo de la amistad de Epicuro te proteja de los tejemanejes corruptos; que el estoicismo de Séneca te libre de la vanidad. ¡Y no te dejes el LSD en Barcelona! Lucidez, sinceridad y decencia que tanta falta hace en política.

Una persona sabia –escribió Cicerón- es la que sabe cómo elegir compañía entre los hombres, entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. Gracias, pues, por habernos escogido como idea y como amigos. Te deseamos un feliz viaje hasta la Carrera de los Jerónimos y una travesía sin marejadas hasta el puerto federal.

Nau Bostik, 4 de junio de 2016