«Empieza a surgir una furia centralista que exige ‘simplificar’ el Estado, en sintonía con lo que está ocurriendo en otras latitudes. Frente a esa tendencia sólo se puede contraponer una mayor apuesta por el federalismo: normas más claras para regular la relación entre las autonomías y la Administración central, y entre ellas mismas».
La furia centralizadora (La Vanguardia, 13 de noviembre de 2024).