CONFERENCIA PARA EL FUTURO DE EUROPA
PROPUESTAS PARA EL PLENARIO
Introducción
Desde su inicio, la UE ha seguido un proceso político de integración en diferentes etapas, en las que se ha intentado fortalecer sus instituciones y prepararlas para cumplir mejor sus objetivos. Sin embargo, estas reformas, en muchos casos, no han llegado a completarse del todo, debido a las reticencias de los estados a ceder soberanía a las instituciones orientadas desde el inicio por Schumann con la federación como objetivo de Europa y han dado como resultado un ente político de 27 Estados Miembros, a medio camino entre una confederación y un estado federal. Así, podemos observar aún la excesiva fortaleza que poseen los gobiernos nacionales y la excesiva concentración del poder en el Consejo Europeo, cuya acción se ve mediatizada o incluso bloqueada por vetos nacionales contrapuestos. En muchos casos, se han realizado importantes avances que no han podido culminarse adecuadamente, como lo demuestra el hecho de haber conseguido la Unión monetaria y el Banco Central Europeo que puede considerarse como una institución federal, pero no haberse puesto de acuerdo para desarrollar una verdadera política fiscal y social para el euro.
Esta debilidad institucional de la Unión Europea ha hecho que no haya podido reaccionar adecuadamente ante las crisis más importantes que hemos sufrido en los primeros años del siglo XXI: en la crisis económica del 2008, la migratoria posterior, la salida del Reino Unido y la crisis sanitaria y económica que desencadenó la pandemia de covid-19. Estas crisis han tenido un impacto social elevado, realzando todavía más las desigualdades generadas por las políticas neoliberales de los últimos años. A estas crisis hay que añadir la aparición de fuerzas políticas ultranacionalistas, proteccionistas y reaccionarias que se crecen ante las debilidades de la UE. En política exterior, la debilidad se pone de manifiesto, por la norma de unanimidad ante potencias emergentes como China y la dependencia de EEUU en cuestiones de defensa.
A esta debilidad institucional se añade la evidencia de que nuestro modelo de sociedad del bienestar no puede garantizarse únicamente desde la perspectiva nacional, por la imposibilidad de actuar adecuadamente en la imposición fiscal de las grandes fortunas y beneficiarios corporativos, en especial las multinacionales tecnológicas. Tampoco será posible una respuesta duradera a los problemas del estado de bienestar sin la abolición de los vergonzosos paraísos fiscales.
Desde el punto de vista democrático, el desarrollo de la democracia en el nivel internacional no tiene precedentes históricos ni contemporáneos. Los ciudadanos se hallan representados por medio del Parlamento Europeo (escaños según población), y los Estados miembros lo están a través del Consejo Europeo y el Consejo de la Unión Europea, cuyos miembros son directamente responsables ante sus Parlamentos nacionales o sus ciudadanos. Sin embargo, la UE aún carece de una participación efectiva de los ciudadanos en el debate y en la fijación de la agenda política y en su control; en algunas ocasiones el Consejo Europeo o el Consejo siguen dinámicas intergubernamentales para buscar consensos, donde la influencia de los Estados más grandes y poderosos se impone sobre los demás y no se respeta el deseo de la mayoría.
Para reforzar los procesos democráticos en la UE, la ciudadanía debería conocer y comprender el funcionamiento político europeo; poder participar de forma efectiva e igualitaria en el voto; poder ejercer el control de la agenda política y legislativa y que se ejerza la rendición de cuentas institucionales y políticas.
Sin embargo, el hecho de que los debates sobre las opciones de política europea no tengan espacio en las elecciones nacionales, como es el caso español, o de que la rendición de cuentas sobre las decisiones del Consejo Europeo o del Consejo no sea un ejercicio habitual en Parlamentos como nuestras Cortes, aunque no dejan de esconder un gran déficit democrático, este no es debido al sistema político europeo, regulado en los tratados, sino a cada una de las prácticas nacionales.
Convocatoria de la Conferencia sobre el futuro de Europa
Con la perspectiva de la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia Covid-19, la UE abrió La Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) con el objetivo de dar un nuevo impulso a la democracia europea y a la participación ciudadana, a través de un proceso de consulta en el que participan diputados al Parlamento Europeo, los parlamentarios nacionales, los representantes gubernamentales, la Comisión, los interlocutores sociales, la sociedad civil y los ciudadanos. La agenda política de la UE tendrá que tomar en cuenta las conclusiones y recomendaciones que salgan de esta conferencia en las líneas a seguir en la construcción del proyecto europeo. Este proceso empezó el 9 de mayo de 2021 y debe presentar sus resultados para la primavera de 2022, previsiblemente en mayo.
Para ello se ha creado una plataforma multilingüe para canalizar las propuestas ciudadanas, difundir los eventos que se celebren y crear un espacio de debate transnacional entre los interesados y se han creado debates de paneles de ciudadanos, que se desarrollan en paralelo. Se ha pretendido promover en los Estados miembros, regiones o con el apoyo de la sociedad civil actos y eventos para abordar con la ciudadanía los desafíos del futuro de Europa, aunque parecen haber tenido poco eco en los medios de comunicación nacionales.
En ese contexto, la Unión de Europeístas Federalistas de España (UEF-España), cuyo objetivo es implicar a la ciudadanía en la construcción del federalismo en sus diferentes niveles, decidió participar en la conferencia, haciendo sus propias propuestas.
Estas fueron elaboradas inicialmente por Federalistes d’Esquerres-UEF Cataluña, tomando como base la ponencia aprobada por UEF-ESPAÑA el 19 de junio de 2020 “Por el gran paso federal de la UE”. Posteriormente, se sometieron a la consideración de las diferentes secciones de UEF-España, con la idea de elaborar un documento final que pueda presentarse en el plenario de la Conferencia para el Futuro de Europa CoFoE, previsto para el 12 de marzo de 2022.
Propuestas para el avance en la federalización de Europa
La UEF España, en concordancia con su compromiso en la construcción europea, con la idea de participar activamente en la Conferencia sobre el Futuro de Europa considera de forma prioritaria el avance en los siguientes puntos:
1.- Elaboración de una Ley Fundamental Europea o Constitución que apoye la conformación de un sujeto constituyente europeo, legitimado por la ciudadanía y que integre a los actores políticos y sociales de la Unión dando especial relevancia a la participación de la sociedad civil y la opinión pública.
Por ello, la Conferencia para el Futuro de Europa CoFoE debe finalizar en la convocatoria de una convención orientada hacia una UNIÓN EUROPEA FEDERAL y una reforma de los tratados en clave FEDERAL.
2.- Acercar las elecciones al ciudadano y hacer que su voto repercuta en la dirección de la política. Para ello, es importante reformar el Acta Electoral del Parlamento Europeo, ya que la ausencia de una ley electoral uniforme hace que la elección del Parlamento sea conforme a 27 leyes nacionales con condiciones diferentes según los Estados. La participación en plano de igualdad de todos es uno de los requisitos para considerar que un sistema es democrático. Consideramos fundamental avanzar por lo menos en una profundización de los aspectos comunes, como puede ser el tamaño de la circunscripción, la edad para votar y ser votado, los requisitos para ser elegido y el procedimiento de nombramiento.
Hay que crear listas transnacionales, en una circunscripción de alcance europeo, que representen al conjunto de la Unión, con cabezas de listas pactadas y un programa electoral único a escala europea, junto con el número de diputados elegidos por Estado miembro. La lista y el candidato defenderían un programa común en todos los Estados miembros, lo que daría una dimensión europea y federal a la elección, y promovería un debate a escala europea sobre diferentes opciones políticas. EL sistema electoral y las listas transnacionales deben llevar a la elección directa desde los votantes europeos para elección de la Presidencia de la Comisión Europea de la UE. Ayudaría a que la ciudadanía pudiera tomar conciencia del alcance de la política y de los debates europeos y a superar la idea de las elecciones europeas como elecciones nacionales de segundo orden.
3.- Reforzar el Parlamento Europeo dotándolo de más competencias, con poder de iniciativa legislativa, con capacidad de legislar en pie de igualdad con el Consejo Europeo y con las competencias en investigación plenamente desarrolladas. Entre sus funciones ha de tener el control del Gobierno, valiéndose asimismo del mecanismo de la moción de censura constructiva.
Muchas veces las decisiones se toman por los representantes de los Estados miembros, lo que margina al Parlamento. En estos casos, el Parlamento ni aprueba la política ni puede pedir rendición de cuentas. Es necesario reformar el Tratado para incluir la representación de la ciudadanía en todos los ámbitos de decisión, aunque pueda haber alguna excepción como la política exterior y de seguridad común, por el deseo de los Estados miembros de mantener el control de cuestiones sensibles para ellos
4.-Constituir un Gobierno FEDERAL EUROPEO, encabezado por una Presidencia de la Comisión Europea de la UE, elegida directamente en listas transnacionales y con el sistema de cabezas de lista, que como última condición ha de ganar la confianza mayoritaria del Parlamento Europeo.
Esto significa concentrar el poder ejecutivo en la Comisión Europea, competente para formular y ejecutar todas las políticas, responsable ante el Parlamento Europeo, competente y equipada con los instrumentos necesarios para formular y aplicar todas las políticas comunes.
Este gobierno FEDERAL deberá asumir mayores poderes ejecutivos, económicos y fiscales y contar con una poderosa secretaría del Tesoro, para fortalecer la unión fiscal y económica, al menos para los países de la Eurozona, y ha de poseer capacidad de recaudar impuestos europeos y de emitir títulos de deuda pública. Su gobierno, hoy el Colegio de Comisarios (Comisión Europea), se reducirá en el número de miembros evitando así todo paralelismo intergubernamental.
5.- Convertir el Consejo en un efectivo Senado Europeo, convirtiéndolo en una cámara representativa de los diferentes Estados Miembros y suprimiendo la regla de unanimidad, autorizando al Consejo para sustituir la unanimidad por la mayoría cualificada en los asuntos en los que los Tratados exigen unanimidad. Por ejemplo, sobre las decisiones que afectan a los recursos propios, al presupuesto europeo multianual, a la fiscalidad y a la política exterior,
6.- Proponer a Parlamentos nacionales rendición de cuentas, obligando a que dediquen un mínimo de sesiones anuales al debate de la política europea donde el presidente o jefe del Gobierno, apoyado por un comisario, expusieran y discutieran con los diputados nacionales los principales asuntos políticos de ese semestre. Se reforzaría también la idea de que los Parlamentos nacionales son parte de la acción política europea y de que están igualmente legitimados para debatir y controlar la dirección política global. Para democratizar el sistema político europeo es fundamental asegurarnos de que exista debate y rendición de cuentas también en el plano nacional. Esta sería una oportunidad extra para que los medios de comunicación se hicieran eco de los principales asuntos europeos. Sería una doble oportunidad para reforzar la rendición de cuentas y la socialización. Lo óptimo sería que se introdujera esta obligación en el Protocolo sobre Parlamentos nacionales anejo al Tratado de la UE; pero, mientras no se reforme el Tratado, podría sustanciarse en un compromiso entre Gobiernos y Parlamentos nacionales.
7.-Adaptar el marco financiero plurianual al político, recortándolo a cinco años para hacer que coincida con el ciclo político parlamentario. Esta medida permitiría que un Parlamento recién elegido en las urnas con unas mayorías y la Comisión que de él saliera pudieran, con el Consejo Europeo, diseñar las políticas europeas y su financiación a tenor de lo que los ciudadanos hubieran votado
8.- Culminar la Unión Bancaria y la Fiscalidad Europea federales, mediante la creación de una Hacienda Común Europea y el Tesoro Federal de la Unión Europea, estableciendo la continuidad en la mutualización de la deuda y los fondos de recuperación; consolidar un fondo europeo de garantía de depósitos, la emisión de deuda comunitaria para financiar la recuperación (Fondo de Recuperación Next Generation) y las inversiones en la transición ecológica y digital con cargo al presupuesto comunitario, para la continuación y culminación de EU Green Deal (Acuerdo Verde de la UE).
Apoyar dicha Unión con los impuestos a las transacciones financieras, a las emisiones de carbono y en los beneficios del Banco Central Europeo, o bien recaudando una parte de los impuestos directos o indirectos: del IRPF (ejem. 1%), impuesto de sociedades, de productos o empresas de nueva creación.
9.-Fortalecer la protección social en un Marco Único a través del mejoramiento del mercado de trabajo europeo, facilitando la movilidad laboral entre los estados miembros y haciendo posible la constitucionalización del pilar social que deberá incluir el seguro de desempleo europeo, un salario mínimo europeo estandarizado y el refuerzo de la garantía juvenil junto a la puesta en práctica de una Garantía Infantil para las familias con riesgo de pobreza en la UE, con el establecimiento de una mochila de derechos y deberes ciudadanos.
Integrar el conjunto de políticas sociales, incluyendo la sanitaria, para responder sobre la base del principio de subsidiariedad, con una respuesta mejor y más solidaria a las crisis colectivas.
10.-Educar en cultura y valores de ciudadanía europea y mundial, laica, alejada de dogmas religiosos y filosofías dogmáticas, que dote a la juventud de una visión alejada del cortoplacismo y la cortedad de miras de la educación nacionalista. De modo que de una visión de los temas que unen a los Europeos en su cultura e historia comunes y con los objetivos de solidaridad, cooperación y fraternidad del Federalismo Europeo.
11.-Establecer una Política Común de Inmigración y Asilo que sea corresponsable y no únicamente solidaria, eficaz y respetuosa con los Derechos Humanos en el marco de una sociedad que respete la diversidad para hacer realidad el espacio de libertad, seguridad y justicia de la UE. Estableciendo un sistema eficiente de acogida de inmigración y asilo de carácter Federal que reparta la solidaridad, los deberes y las responsabilidades entre los estados miembros.
Reforzar además los derechos consulares de los ciudadanos de la UE fuera de la Unión; constitucionalización del objetivo de la promoción de una sociedad diversa y multicultural y de la lucha contra el racismo. Frontex debe de ser una verdadera Policía Federal de Fronteras que organice y efectúe de forma eficiente los sistemas de acogida y control de las fronteras comunes de la Unión Europea. No la especie de antidisturbios que son ahora.
Incrementar la protección de los Menores Emigrantes No Acompañados (MENA) los cuales son especialmente vulnerables y requieren una protección mayor por parte de los Estados Miembros y de la Unión Europea.
12.- Aumentar la influencia de la acción exterior como sujeto político único, para que la UE se constituya como un actor influyente en la gobernanza global. Para ello hay que dotar de recursos y competencias necesarias al Servicio Europeo de Acción Exterior y al representante de la Unión para Exteriores y Política de Seguridad para que sea un verdadero ministro de Exteriores, acabando con la norma de la unanimidad en la toma de decisiones y en la posición común de la Unión Europea en los asuntos de Política Exterior.
Reclamar un representante permanente en el Consejo de Naciones Unidas.
Disponer de unas Fuerzas Armadas Europeas, creíbles y proporcionadas a la importancia, extensión y población de la Unión Europea, que tengan capacidad de respuesta rápida y un Servicio de Inteligencia Común.