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“Un sentimiento de pertenencia que cohesiona a una sociedad y saca lo mejor de ella debe ser bienvenido. Pero si es patrimonializado por una parte, que lo utiliza como herramienta para dividir, enfrentar y excluir al resto, corre el peligro de acabar convertido en la partitura del peor fanatismo.”

Yo no amo a ningún pueblo (La Vanguardia, 21 de septiembre de 2021)