«En Cataluña, donde los partidos nacionalistas e independentistas han gobernado durante unos 33 años, la mayoría de los geriátricos se han privatizado; muchos de ellos son propiedad de compañías y fondos de inversión internacionales que se han beneficiado de ayudas públicas. Durante el confinamiento, esas residencias y los escasos centros públicos han sumado 2.000 fallecimientos. La responsabilidad no es de Madrid; hace décadas que fueron traspasadas las competencias de Sanidad y Asuntos Sociales.
No queremos volver a ver cómo las familias se despiden desde lejos, llorando a gritos, mientras un sacerdote enmascarado pronuncia un rápido e impersonal responso. A los muertos de esta crisis vírica y a sus familias hay que darles un responsum, una respuesta. Déjenlos descansar en paz a ellos y a sus familias, guarden respeto. Señores políticos, por lo menos mientras enterramos a nuestros muertos, mantengan la decencia.»
Déjennos guardar el luto en paz (El País, 21 de abril de 2020)