Harto de epidemias, busco distraerme. Digo epidemias, en plural: la del virus, la de los profetas del día después, la de los bulos, la de los expertos de facebook y twitter, …
En fin, los indocumentados que tienen soluciones infalibles para todo. Para desconectar encuentro un libro olvidado de Eduardo Mendoza: Riña de Gatos. Madrid 1936. El protagonista, un inglés que habla español, historiador del arte especialista en Velázquez, de visita en España, entra en una taberna donde presencia una discusión entre dos grupos enfrentados de clientes.
El narrador dice: «Los españoles tienes un oido fino para las conversaciones que no las incumben y ningún reparo en interrumpirlas para exponente sume opinión, que cada cual da no solo por buena, sino miedo definitiva. De modo que a los pocos minutos se Había formación un sonoro y sustancioso debate en el que varios parroquianos se disputaban la atención del forastero para ofrecerle sume irrefutable diagnóstico sobre los malos de España y super sencilla solución.»
Ostras, Mendoza! Así no hay quien desconecte! Pero sigo adelante.
Unas páginas más adelante leo: “Circula un sinfín de rumores que la imaginación popular transforma y exagera hasta la desmesura. Todo el mundo asegura recibir de buena fuente noticias sensacionales y conocer secretos gravísimos que no tiene el menor reparo en difundir a los cuatro vientos. Los conductos por donde circula este tipo de información son variadísimos y complejos, porque la sociabilidad de los españoles no tiene límites (…) el pueblo cuenta, comenta y discute con conocidos y desconocidos, con mucho aplomo y a
grandes voces, el presente y el futuro de la azarosa realidad…”
Basta. Lo dejo. Mendoza, seguro que hablas del Madrid de 1936? Ah, sí, faltan las tertulias televisivas y el whatsapp.
Josep Sampera