«No estamos vacunados contra los actos violentos. Y a los actos violentos se llega calentando las cosas. Primero son sarcasmos, después descalificaciones personales, después insultos y, al final, cuestiones que sí que se podrían incluir en el concepto de delitos de odio, esta nueva figura del Código Penal que considera violencia no sólo hacer lesiones físicas a las personas, sino también promover calumnias, difamaciones, etc. Esto lo observo y me preocupa, porque me hace pensar en hechos como el que pasó en la campaña del referéndum del Brexit, en un país con tanta tradición democrática, donde parece que todo se puede resolver a través de consultas, etc., pero que se cobró una víctima en la persona de una diputada laborista anti-Brexit. Esto se justifica diciendo que siempre hay un loco… Las personas, que vivimos con nuestras dificultades personales, nuestros afanes, nuestros traumas, influidas por el clima social, podemos ser arrastradas a realizar actos incomprensibles en una situación digamos de normalidad.»
Entrevista a Neri Daurella (El Triangle, 2 de noviembre de 2019)