«Europa corre el riesgo de quedarse sola defendiendo el cumplimiento de las reglas, cuando claramente depende de ese marco. Destruir el multilateralismo y las reglas es destruir Europa. No en vano, el incumplimiento de las reglas es el mejor método de aniquilación de cualquier democracia. Han bastado dos años de viraje estadounidense para que un nuevo e inquietante panorama global comience a reconocerse.
Europa es el gran contrapoder del autoritarismo, del unilateralismo y de la ley del más fuerte. El delicado equilibrio europeo basado en reglas es también el sueño de la igualdad en libertad y democracia, y el de una sociedad abierta. Esa es la única identidad por la que merece la pena luchar.»
Europa ante la globalización sin reglas (El País, 18 de agosto de 2019)