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La no – investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno es un fracaso por todas las izquierdas, para todos los sectores progresistas de la política española. Seguramente hay mucho que decir sobre la estrategia y la táctica que ha seguido cada partido, como hay mucho que decir sobre la obsesión por el «relato» o sobre la tentación de unas nuevas elecciones.

Pero creemos que no se debe entrar, ni un minuto, en el conocido juego de las responsabilidades y de buscar culpables. Lo que hay que hacer es algo más simple: recordar una y otra vez, de forma incansable, a los dos primeros partidos de las izquierdas españolas, que la actual composición parlamentaria de las Cortes Generales sólo permite formar una mayoría del izquierda plural; que esta mayoría deberá entender con fuerzas a su derecha, como el PNV o los regionalistas de Cantabria, por lo que no caben actitudes puristas; y que tenemos delante retos de dimensiones descomunales, como la sentencia del «proceso» o las consecuencias del Brexit. Todo ello requiere (por qué es la ùnica salida) un gobierno de progreso, serio, riguroso, capaz de salir de la herencia de los gobiernos Rajoy, capaz de dinamizar la sociedad española y de ponerla en marcha hacia los grandes objetivos que requiere hoy el país (como la federalización o la regeneración ambiental).

El riesgo de un giro a la derecha es demasiado grande y demasiado al alcance como para bajar la guardia. Federalistes d’Esquerres, como organización plural de izquierdas y como primer defensor de la transformación federal de España, llama a las principales fuerzas de las izquierdas españolas a trabajar en esta dirección, que es la que desean sus electores y sus simpatizantes, y la que motivó el apoyo electoral que recibieron.

Y si hay que presionar las direcciones de ambas fuerzas, preparémonos y, como dice la canción, «templar las herramientas»: correo, e-mail, llamadas telefónicas, whats-app, redes sociales o encuentros casuales en la calle, todo debe servir para ser pesados ​​y para hacer llegar a las cúpulas un clamor unánime: hay un acuerdo, hay un gobierno plural de izquierdas.