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«El hecho de que existan cuentas falsas que intenten manipular la voluntad política de la ciudadanía es muy grave, porque, además, revela la falta de instrumentos con los que se cuenta para defenderse de este tipo de intrusiones en nuestros derechos políticos. Asimismo, resulta especialmente seria la falta de respuesta ofrecida por los supuestos responsables de las cuentas, Esquerra. Las explicaciones ofrecidas en foro parlamentario han sido prácticamente inexistentes, limitándose a rechazar toda responsabilidad al respecto. Sorprende, además, que el resto de partidos y la ciudadanía no insistan en la obligación política de dar una explicación clara y completa. Si no ha sido Esquerra, ¿quien ha sido? Ciertamente no contamos todavía con un catálogo de derechos digitales, pero sí existen instrumentos clásicos de exigencia de responsabilidad política y de defensa de la calidad de nuestra esfera pública que no estamos activando. Cuando las bases del pluralismo están en juego, no cabe escurrir el bulto y mirar hacia otro lado porque, esta vez, son de los nuestros.»

La calidad democrática en las redes (El País, 14 de julio de 2019)