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“Los populismos –y el independentismo como movimiento es nacionalpopulismo puro, una especie virulenta de populismo– tienen rasgos comunes: la ignorancia política de las masas, que hace posible su fácil manipulación para lograr los fines que se propone el grupo dirigente, y la emoción como una alteración afectiva, convertida en estado de ánimo colectivo, inducida mediante la tergiversación de hechos y la explotación de falsedades. Ambos rasgos se retroalimentan: en el erial de la ignorancia se siembra la emoción que blinda la ignorancia.”

Analfabetos emocionales (Crónica Global, 8 de junio de 2019)