«Hay un discurso contra la globalización que es fundamentalmente erróneo, aunque es asumido por algunas izquierdas muy coherentes en otras cosas. Lo que no se puede es luchar contra el movimiento de la historia y si realmente algunos de la antiglobalización leyeran detenidamente a Marx verían el papel que le adjudicaba el comercio. Y esto va para arriba, y no es algo horrible. Es el intercambio de bienes y también de ideas, de conocimientos, de personas… En el mundo hay mucho por descubrir de valores, de formas organizativas, de sensatez y valentía, que cuesta encontrarlo en la cercanía. La globalización también nos ayuda a entender el mundo de una forma más amplia. Esto es buenísimo. Es como el turismo. Está gestionado fatal y sufrimos sus efectos, pero es un fenómeno positivo extraordinario. Y todos somos turistas. Aunque también hay que reconocer que, aunque ayuda, el nacionalismo no se quita solo viajando, sino mirando, entendiendo, escuchando y, en último término, hablando.»
Entrevista a Jordi Pedret (El Triangle 22 de junio de 2019)