“Así como el catalanismo ha sido, una vez más, víctima del separatismo, puede que la derecha conservadora española esté siendo víctima de su facción más retrógrada e intransigente, la menos adaptada a las necesidades de una sociedad habitable. Resulta de todo ello que la excesiva importancia de grupos que sólo parecen buscar el conflicto abierto es hoy seguramente nuestro principal problema. Mientras lo abordamos será mejor no caer en la tentación de confiar nuestra ropa sucia al extranjero. Nadie nos la lavará. Habrá que hacerlo en casa, y sobre todo procurar que las causas que la originaron –cobardía o falta de jabón– vayan desapareciendo.”
Ropa sucia (La Vanguardia, 15 de enero de 2019)