«Resulta harto difícil hacer una reflexión —aunque sea breve, acotada y modesta— sobre el lenguaje y la realidad de la política en este verano de 2018. Se ha hablado y se habla mucho (con razón) de que estamos inmersas en la era de la posverdad. Muchos traducen simplemente este término como “mentira”. Aunque capte el sentido sustancial del término, quizás no alcanza a definir todos los matices que se le asocian.»
Las cosas, por su nombre. (El País, 14 de agosto de 2018)