«Oiga doctor, tenemos un problema con él, con Joaquim. Parece desorientado desde hace un tiempo, le cuesta tomar decisiones y se ofende cuando intentamos un acercamiento. Por más que nos esforzamos nos acusa de no quererlo. Constantemente, nos amenaza con marcharse, dividiéndonos por la mitad el apartamento. Ya le hemos dicho que eso no puede ser, le prometemos escucharlo más y gastarnos más dinero en él, pero nada parece ser suficiente para evitar su enfado.
Se muestra constantemente dubitativo y dudó de si ir a Tarragona por el único motivo de que también íbamos nosotros. Al final fue, y parecía muy feliz fotografiándose y cantando entre todos, aunque sufrimos algunos desaires de última hora, que traía ya preparados para la ocasión.»
Desaires y pataletas. (Crónica Global, 4 de julio de 2018)