Sin un impulso decidido por lograr una sociedad más justa que se materialice en acciones políticas concretas, los problemas seguirán ahí. Sería importante recuperar niveles de gasto, pero no será suficiente. Sería necesario alcanzar pactos nacionales sobre políticas sectoriales (en educación de manera destacada), pero no bastará. Sin un espacio político compartido en el que asentar los principios fundamentales de la convivencia es difícil imaginar proyectos de ‘buena sociedad’ que requieren esfuerzo y compromiso. Martha Nussbaum nos diría quizá que necesitamos una forma de patriotismo en el que encauzar las emociones políticas, tan distinto del que venimos machaconamente escuchando de unos meses a esta parte. «(In)justicia social» (Agenda Pública, 17 de noviembre de 2017)