“El federalismo requiere transparencia, cooperación y lealtad: las reglas deben elaborarse entre todos, algo que ahora no sucede. En un Estado federal debe haber también autonomía recaudatoria y autonomía de gasto”
(Por Beatriz Silva) La reforma de España en un sentido federal exigirá, entre otras cosas, un nuevo sistema de financiación territorial. ¿Con qué características?¿Qué es lo más urgente? Es lo que ha abordado la tertulia federalista del jueves 23 de febrero que ha tenido como invitado a Alain Cuenca, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza y exdirector general de coordinación financiera con las Comunidades Autónomas y con las entidades locales del Ministerio de Economía y Hacienda.
La tertulia, celebrada en el Librería Alibri, ha contado entre sus asistentes con Josep Maria Vegara, Montse Colldeforns y Francesc Trillas, autores de “Economía de una España federal”, y el economista Lluís Pascual, que han aportado también sus puntos de vista al debate.
¿Cuáles serían las prioridades a la hora de poner en marcha un nuevo sistema de financiación? Según Alain Cuenca, lo prioritario sería reforzar la responsabilidad tributaria, establecer criterios de igualdad claros a través de fondos de nivelación y mejorar la cooperación propia de la cultura federal.
“El federalismo requiere transparencia, cooperación y lealtad: las reglas deben elaborarse entre todos, algo que ahora no sucede. En un Estado federal debe haber también autonomía recaudatoria y autonomía de gasto y esto es algo que se debe resolver. La autonomía financiera depende de la capacidad de recaudación de las unidades que componen el Estado”, señaló.
Según Cuenca, una de las cuestiones previas a abordar a una reforma sería la de clarificar el reparto de competencias: “si bien no podemos, ni a mi juicio debemos, aspirar a un federalismo dual, sí es necesario atribuir mejor las competencias y garantizar que en los aspectos financieros se respetan”, indicó Alain Cuenca que apuntó que una segunda cuestión a solucionar sería la de establecer un mecanismo para conformar de forma conjunta la voluntad política. “La estabilidad presupuestaria no se puede regular desde el centro sin contar que el agente que mas gasta en España: las comunidades autónomas que gastan casi el doble que el Estado. Un senado reformado podría ser el instrumento adecuado para esto”, señaló.
En lo que se refiere al sistema de financiación autonómica, se mostró partidario de modificar el régimen foral de País Vasco y Navarra, una situación única en el mundo que en la práctica se traduce en que estos territorios no contribuyen a los fondos de nivelación propios de un Estado descentralizado. También de atribuir el régimen local a las comunidades autónomas suprimiendo la financiación del Estado a los municipios.
“Todas las reformas no serán posibles si no se alcanza un pacto político que refleje la voluntad de seguir viviendo juntos”, constató también Alain Cuenca que detalló algunas de las cuestiones que siguen estando pendientes: calcular las necesidades reales de gasto, dotar de más autonomía tributaria a las comunidades autónomas, explicitar un criterio de nivelación y sus límites y establecer una regla fiscal y un criterio de quiebra para la hacienda territorial. “¿Qué hacemos con las comunidades que no cumplen con los intereses colectivos? En Estados Unidos quiebran, aquí hemos garantizado que pase lo que pase, los acreedores cobran. Habría que encontrar un término medio”, apuntó.
Uno de los que intervino fue Lluís Pascual que destacó que en un Estado federal debería haber autonomía recaudatoria y de gasto y se preguntó si el modelo a seguir no debería ser el alemán con una agencia tributaria consorciada que permita saber qué recauda cada comunidad autónoma. “¿El horizonte federal no debería ser más que una capacidad normativa? ¿No debería existir libertad para escoger entre comprar ordenadores para los colegios o tener un nuevo quirófano?”, se preguntó.
Montse Colldeforns, por su parte, planteó si no deberían encaminarse los cambios para que haya una hacienda federal. “El límite de gasto no debería estar impuesto por las necesidades, que pueden ser infinitas, sino por la capacidad recaudatoria. No podemos empezar enfocando la cuestión en las necesidades que es algo difícil de objetivar sino en la capacidad recaudatoria y en cómo nos la repartimos”, señaló.
Alain Cuenca alertó también sobre el peligro que si Cataluña no participa en el proceso de reforma de la Constitución ésta puede acabar en más recentralización en lugar de avanzar en un sentido federal.