Podía haberse dedicado tiempo y esfuerzos –mucho tiempo y muchos esfuerzos– para intentar superar el muro legal. Pero, en vez de eso, se ha optado por congregar a una muchedumbre a sus pies, embellecer lo que hay detrás del muro, incluso negar su existencia, y organizar constantes espectáculos para mantener vivo el anhelo de superarlo. «Nuestro muro» (El Periodico, 1 de febrero de 2017)