La agenda ferroviaria de la semana anunciaba para el lunes un importante choque de trenes en las proximidades del Arc de Triomf de Barcelona. Según esa previsión dos convoyes acelerados que circulaban por la misma vía iban a encontrarse allí. Visto con una pequeña perspectiva, no pasó gran cosa. Una mayoría absoluta de catalanes iban por una tercera vía trabajado, haciendo la compra, sufriendo recortes, mirando la tele o yendo al colegio porque para ellos era un maldito lunes normal. Por la vía única que atravesaba la sala solamente circuló el Tren de la Defensa Jurídica: lo de yo no desobedecí. Pesaba en el ambiente cierta resistencia a la inhabilitación de quien cree que aún puede tener futuro. Pero se impuso la dignidad: nadie se defendió diciendo que su ánimo era obedecer al Tribunal Constitucional. «Los choques de trenes» (El Periodico, 9 de febrero de 2017)