Hay personajes que siguen hojas de ruta tibias: utilizar el Parlamento para quemar fotografías del Rey o avisar a todos que van a ir a trabajar el día de fiesta nacional, pero descansar en las fiestas religiosas; decir que no se es monárquico y pedir a los Reyes Magos que nos traigan la República; recurrir al Tribunal Constitucional para lo que conviene y decir que no se le obedece cuando se da el caso; no presentarse cuando el juez lo pide, para pactar después con los Mossos en qué momentos los pondrán los grilletes, coincidiendo con la presencia de periodistas. «Trasiego en los tribunales» (Crónica Global, 11 de enero de 2017)