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Hay que distinguir las opciones de Trump para hacer realidad sus promesas entre las que no podrá modificar, las que tal vez sí pueda y las que seguro cambiará. No podrá deportar a once millones de inmigrantes irregulares, no podrá forzar a México a sufragar la construcción del muro fronterizo completo y no podrá imponer aranceles del 45% a los productos chinos. Es casi imposible que derogue del todo el NAFTA, porque ello tendría un coste económico inmediato muy alto para los Estados Unidos, aunque el TIPP sí puede darse por liquidado. Pero sí impedirá cualquier intento de limitar la venta de armas, negará el cambio climático y dará por ello más facilidades a las energías fósiles desvinculándose del Acuerdo de París y dará carta blanca a los gobernadores Republicanos para que sigan dificultando el ejercicio del derecho de voto. “Trump. El triunfo del populismo reaccionario” (Analisis Anue, noviembre de 2016)