¿Qué se siente usted: A o B? Si en otro momento esta disyuntiva tuvo un sentido, uno duda de si en los albores del siglo XXI lo tiene preguntarse por la pertenencia territorial o cultural, máxime cuando cada vez más nos reconocemos en gran medida como hijos de unos derechos comunes, de la alta cultura que no sabe de fronteras y de una tradición ilustrada que ha hecho posible la controversia, la tolerancia y el debate político sobre bases democráticas y pacíficas. Hoy las sociedades son esencialmente heterogéneas en origen, intereses, creencias y costumbres. «Soberanía, pueblo e identidad» (El Periodico, 31 de octubre de 2016)