(El Periodico) La exposición del Born está ocasionando penosas digestiones. El Born, convertido en santuario ideológico, tiene que preservarse puro, inmaculado para una causa que algunos llaman de libertad, pero que no admite advenedizos entre sus muros. Pero el Born es de la ciudad. Y la ciudad es de todos. Y los templos que se los paguen los fieles de cada credo. El problema no es la exposición, perfectamente equiparable a las que se han hecho en numerosos países europeos. Estamos ante una guerra ideológica entre la mayoría de las fuerzas independentistas y una nueva izquierda gestante que amenaza su dominio político. Y en esta batalla cualquier munición es buena. «Profanación» (El Periodico, 19 de octubre de 2016)