Los motivos del exitoso ascenso de partidos políticos nacionalistas y xenófobos en muchos países miembros de la Unión Europea son muy distintos en cada país, sus posiciones básicas son similares. Todos ellos son furiosamente contrarios al “sistema”, el “stablishment político” y la UE. No solo son xenófobos (y en particular, islamófobos), sino que también adoptan más o menos descaradamente una definición étnica de la nación. Para ellos la pertenencia a la nación deriva de compartir una ascendencia y una religión. «Furia nacionalista y xenófoba» (El País, 3 de diciembre de 2015)