La salvación in extremis de la legislatura en Cataluña no ha podido evitar la sensación generalizada de bochorno por cómo se ha producido: una negociación “corrigiendo” según Artur Mas, un resultado electoral. El nuevo Gobierno resultante es más inexperto, de peor calidad, y más radicalizado que el anterior. La tentación inversa por parte de Mariano Rajoy y el Partido Popular es la de forzar el enfrentamiento y aprovechar la «fase Calígula» del proceso independentista para intensificar una dinámica de conmigo o contra mí que les facilite la investidura. «Enroques o reformas en Cataluña y España» (Bez, 14 de enero de 2016)