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En su libro “ A favor de Europa”, Guy Verhofstand y Daniel Cohn-Bendit esbozan un manifiesto a favor de la creación de una Europa totalmente federal completada con una nueva constitución europea. En una entrevista con los editores de EUROPP, Chris Gilson y Stuart A. Brown, debaten su manifiesto, argumentando que la actual crisis de la eurozona no deja más alternativa a los Estados Miembros de la UE que continuar con una integración más profunda

 

Muchos comentaristas hablan de un «déficit democrático» de la UE en la actualidad. ¿Es éste el caso?

Si hay algún «déficit democrático» , este se encuentra en el Consejo, la más opaca de las instituciones de la UE, en el que los representantes de los Estados miembros por lo general votan a puerta cerrada, rara vez explican sus decisiones ni las justifican de vuelta a casa, y, sin embargo, están dispuestos a dejar que «Bruselas» asuma la culpa de cara a los medios de comunicación nacionales por lo que respecta a las iniciativas impopulares o incomprendidas, y omiten mencionar el papel clave que estos representantes desempeñan en la toma de decisiones y en los acuerdos alcanzados a espaldas del público. El Parlamento Europeo es elegido directamente y no es menos legítimo que cualquier parlamento nacional. Si algo puede criticarse es que no es tomado suficientemente en serio por los votantes ni por los gobiernos que subestiman su papel y descuidan su deber de examinar toda la legislación públicamente. Los Parlamentos de los Estados miembros podrían prestar más interés a lo que hace la UE y podrían entender que, actualmente, una serie de temas políticos no pueden contemplarse únicamente a través de un prisma nacional. Los comisarios europeos mismos son designados por los Estados miembros y , por tanto, carecen de la legitimidad política directa que proviene de las urnas, pero ellos no constituyen el cuerpo legislativo de la UE, sino que son el órgano ejecutivo, que ha de rendir cuentas ante el Parlamento y el Consejo. Sin embargo, la elección del Presidente de la Comisión desde las listas de partidos europeos podría mejorar tanto la participación electoral como su legitimidad .

¿Una Europa federal ayudaría a solucionar la crisis actual en la Eurozona?

No sólo ayudaría, sino que no hay otra alternativa. Todas las demás opciones han quedado agotadas en los últimos tres años, y en vano. El enfoque intergubernamental, según el cual la unanimidad es lo que más cuenta, ha quedao totalmente desacreditado por la crisis financiera y ha puesto de manifiesto las lagunas de las actuales estructuras de control de la economía. Ha habido un reconocimiento lento y tardío de que la UE necesita completar la unión económica y monetaria mediante el refuerzo de sus cimientos a través de la creación de una auténtica unión bancaria y fiscal, lo que nos conduce a una unión económica y política en toda regla. La respuesta a la crisis financiera debe ser global,  que abarque tanto la solidaridad como la transferencia de soberanía, si se pretende que la eurozona continúe unida. Esto hace necesarios elementos tales como un fondo de garantía de depósitos común, un fondo de recapitalización y la mutualización parcial de la deuda. Sin ellos, los mercados continuarán desmantelando la eurozona pieza a pieza. El abandono de Grecia a su suerte puede ser tentador, pero sería catastrófico para la credibilidad de los miembros restantes, y socava la esencia misma de una zona monetaria única fundamentada en una voluntad política y económica colectiva.

¿Los ciudadanos europeos apoyan la idea de una Europa federal?

Muchos pueden no ser conscientes de esta idea como opción. Por el momento, las opciones son el status quo, incómodo y difícil de hacer funcionar, o bien la disolución de la actual Unión Europea y el retorno a una era de nacionalismo y rivalidad entre Estados. Es necesario describir cómo podría ser una Europa federal en el futuro y luego persuadir a los políticos y a la opinión pública de que ofrece mejores perspectivas que las otras alternativas. El apoyo a la integración fiscal es más popular en Alemania, siempre y cuando todos los países respeten las reglas del juego. Incluso los griegos siguen estando abrumadoramente a favor de permanecer dentro del euro, a pesar de todo lo que han tenido que pasar. El federalismo solía ser entendido como manera de evitar la guerra y como solución pragmática a cuestiones transnacionales como el comercio y la libre circulación. No obstante, últimamente el término ha caído en el descrédito y ha sido tergiversado por los euroescépticos que lo equiparan a la centralización. Por el contrario, varios Estados de Europa ya tienen estructuras constitucionales federales con competencias repartidas en distintos niveles de gobierno. Una Europa federal es simplemente un reconocimiento de que en el mundo actual existen ahora una serie de cuestiones políticas que trascienden el Estado nación.

En su manifiesto abogan por que se diseñe una nueva Constitución de la UE después de las elecciones al Parlamento Europeo en 2014. Después de la experiencia del Tratado Constitucional, ¿por qué cree usted que esta iniciativa tendría éxito? 

Ha pasado mucha agua bajo el puente desde el rechazo al Tratado Constitucional Europeo de 2005 – y, en particular, una crisis financiera y económica muy grave que ha puesto de manifiesto la interdependencia de los Estados miembro y de sus sistemas bancarios y la deficiencia de tener una política monetaria común sin una política fiscal común. El error del Tratado Constitucional fue agrupar juntos todos los tratados existentes en un único documento y llamarlo Constitución. En lugar de eso, el próximo Parlamento Europeo que se elegirá en 2014 debería convertirse en una Asamblea Constituyente cuya principal responsabilidad sería la de elaborar un proyecto de Constitución, de acuerdo con el Consejo de Ministros. El texto debería ser corto y conciso y limitarse a los aspectos realmente constitucionales de gobierno de la UE y ser sometido a un referéndum en todos los países de la Unión. Asimismo, los Estados individuales también pueden celebrar referendos separados para determinar si desean ser parte de la Europa federal prevista. Eso no sólo es democrático, sino que generaría una participación ciudadana mucho mayor en las elecciones y, además, obligaría a todos los países a afrontar sin más rodeos la cuestión de Europa y a no esconder la cabeza.

Ustedes dicen que: «Cualquier estado que rechace la Constitución tendrá entonces que decidir, por referéndum, si desea permanecer en esta nueva Europa federal o retirarse de ella» ¿Los los 28 estados miembros estarán de acuerdo en permanecer en esta nueva Europa federal o, de lo contrario, esto conduciría a una Europa de dos velocidades? 

Ya tenemos efectivamente una Unión de dos velocidades, entre los que están dentro de la zona euro y los que no, entre los que están dentro de Schengen y los que n , entre los que participan en Justicia y Asuntos de Interior, y los que no. Lo importante es asegurarse de que nadie quede excluido de participar en una Europa federal mucho más unida . Algunos países podrían optar por avanzar más rápido, como en el pasado, pero la puerta debe permanecer abierta para aquellos que quieran recuperar velocidad cuando estén preparados.

En sus propuestas para una Europa federal , qué políticas cree que permanecerán en el seno de los Estados miembros y cuáles serán transferidas a nivel europeo?

En cualquier estructura federal, la división de poderes debe ser decidida por las partes constituyentes de la federación, de acuerdo con los tiempos, las presiones y demandas de la sociedad. Dada la situación actual, existe una clara necesidad de una unión fiscal federal dentro de la zona euro para supervisar los bancos transfronterizos, mantener un control sobre los desequilibrios presupuestarios nacionales etc. Tal grado de integración habría sido inconcebible hace apenas cinco años. Futuras amenazas externas y restricciones presupuestarias pueden obligar a los Estados miembros a profundizar en la cooperación en política de defensa o a crear una versión europea del FBI para perseguir a delincuentes internacionales. Es necesario que haya una mayor coordinación y convergencia en políticas fiscales y en materia de seguridad social, pero al igual que sucede en Estados Unidos, en Alemania o en España, que quede margen para diferencias regionales.

Situémonos ahora en el año 2022. Si sus propuestas para una Europa federal tienen éxito, ¿cuáles serían las diferencias en la manera de operar de la Unión Europea respecto a la actualidad?

La UE sería una unidad mucho más cohesionada, la toma de decisiones sería más eficiente y transparente. Habría una visión más clara y un sentimiento común de propósito y empeño. Puede haber un carril rápido y uno lento, pero no existiría la constante fricción actual derivada del uso del voto por unanimidad para bloquear decisiones importantes como la de la patente única europea o la del Supervisor Bancario Único o de un presupuesto federal a la altura de las expectativas. El mundo de 2022 probablemente estará dominado por los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Incluso el G8 actual puede haberse transformado debido a la aparición de economías nuevas y más dinámicas. Los Estados nacionales de Europa, tal y como se formaron en el siglo XIX, ya no serán capaces de competir o resistir en un mundo globalizado, así que tenemos que empezar a idear nuevos paradigmas y prepararnos para un mundo futuro diferente.

Esta entrevista fue publicada por primera vez en octubre de 2012 en el blog de la London School of Economics: EUROPP

Traducido por Aida López Edo