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Mientras los exégetas opinan sobre pros y contras, el Gobierno catalán continúa con paso firme su actividad por los derroteros de costumbre: “concesionando” —neologismo de privatizando— servicios y adelgazando las estructuras de estado ya existentes. Las “puertas giratorias” —de las que el Instituto Catalán de la Salud es un prolijo catálogo— se han convertido en estructura de Estado y han cobrado carta de naturaleza antes que la Agencia Tributaria. «Refundar con políticas de siempre» (El País, 01 de marzo de 2015)