Carme Valls-Llobet, vicepresidenta de Federalistes d’Esquerres, y Albert Miralles, secretario general del PSUC-vivo y miembro de Federalistes d’Esquerres, han presentado esta entidad en un acto celebrado en el Ateneo Municipal de Rubí, este jueves 19 de febrero. El acto ha sido presentado por el también miembro de Federalistes d’Esquerres, Juan Nieto, que ha explicado a grandes rasgos el origen e historia de la joven asociación
Carme Valls-Llobet ha desmentido la crítica de que en España no hay federalistas y ha recorddao que ya hace diez años que unos ochocientos profesores y ciudadanos de todo el Estado firmaron un manifiesto a favor de una España federal. Ha dicho que el Estado de las autonomías ha dado lugar a defectos como la creación de reinos de taifas en determinadas comunidades y que hay que apostar por una una nueva distribución de competencias e impuestos, pero también ha negado rigor a la expresión «España nos roba» que se usa a menudo en el argumentario independentista.
La vicepresidenta de Federalistes d’ESquerres ha afirmado que no le gusta el término “soberanía” porque le recuerda tiempos antiguos y porque presupone que unas personas o colectivos son superiores a los demás. «Yo creo en la igualdad y en la empatía con el sufrimiento de los demás», ha dicho. Ha acusado al PP de fomentar el independentismo y el odio contra Cataluña a raíz de su campaña de recogida de firmas contra el Estatut y ha concluido diciendo que la solución del conflicto territorial no pasa por imponerse unos sobre los otros sino «por ponernos de acuerdo para que todos los ciudadanos tengan los derechos y la dignidad que necesitan».
El secretario general del PSUC-viu ha coincidido con Carme Valls en denunciar los defectos del Estado de las autonomías, «que se construyó durante la Transición como una concesión del poder central para suavizar las tensiones nacionalistas». Albert Miralles ha conectado federalismo y municipalismo y ha defendido el principio de la subsidiariedad en la gestión política. Ha dicho que, para él, «el país son las personas, no las banderas, las culturas o la historia» y que oponer Cataluña y España es ir contra los intereses de las personas que no llegan a fin de mes. Y ha acabado pidiendo una ruptura de clase con contenido social que elimine injusticias como la reforma laboral o el artículo 135 de la Constitución que prioriza el pago de la deuda al gasto social.