Con su propuesta Mas pretendía ganarle la partida a Junqueras, consiguiendo con ello la hegemonía del bloque independentista, y convirtiéndose por fin su líder. El precio que la operación ya le está suponiendo está claro: perder la centralidad de la política catalana, desentenderse por completo de dos tercios de la ciudadanía de este país, que bajo ningún concepto van a poder verlo en lo sucesivo como el presidente de todos los catalanes. «Del balancín al ‘Dragón Khan’» (El País, 7 de diciembre de 2014)