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Artur Mas se ha mostrado incapaz de gestionar, como pretendía en un principio, los nuevos objetivos independentistas con la vieja metodología pujolista del peix al cove. Como consecuencia, ha terminado por descolgar de la pared de su despacho el timón del abuelo y cederle la iniciativa política a los autores del invento. Tendríamos que exigir a nuestros políticos que estén a la altura y dejen de refugiarse de una vez en el burladero de las multitudes. «Esconderse tras las masas» (El País, 9 de noviembre de 2014)