El momento de fragilidad emotiva puede tener que ver también con la fragilidad misma del proceso. Hoy quizá se rompe la voz de Junqueras porque se desvanece el sueño de una alianza incomprensible. Las ventajas de esa situación para ERC se han volatilizado de golpe y todo aquello que fue ganado galopantemente puede empezar a perderse al tener que argumentar sobre lo real. Hoy ERC está condenada a defender la independencia sin la cobertura del derecho a decidir, y en ese paso hay algo milagrosamente democrático: además de ofrecer convicciones obliga a ofrecer argumentos. «La voz rota de Oriol Junqueras» (El País, 23 de octubre de 2014)