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Paro. Recortes. Corrupción. Crisis. Incertidumbre. Miedo… Ante este sombrío panorama, los catalanes hemos tomado una valiente decisión: emborracharnos. Con un dulce licor llamado patria.
¡Salir a la calle, correr, cantar, abrazar a los desconocidos, sentirnos eufóricos y un poco peleones! ¡Vengan senyeres, vengan estelades, vengan Segadors! Ahora sentémonos, que nos van a contar un cuento. Se llama L’endemà y empieza: Érase una vez una Catalunya independiente en la que había más médicos, más maestros, más igualdad (aunque es curioso que esto nos lo cuenten 40 hombres y 10 mujeres), menos corrupción, menos fraude fiscal, cero recortes… ¿Y todo esto, cómo lo conseguiremos? Muy sencillo: “Aquí hacemos las cosas mejor”, ha dicho el president. Entonces, papá, ¿por qué no nos salen ya mejor? Por culpa del Lobo Feroz. L’endemà nos lo cuenta con títeres, para asegurarse de que lo entendemos. ¡¡Buu, buu!!, gritemos todos, cuando aparezca España Feroz con su garrote, su fusil, sus tijeras, atacando a la angelical Catalunya. ¡España, el Borbón, Fumanchú, Alfonso Guerra, tiene la culpa de todo! ¿Y de lo que nosotros hacemos mal? ¡También, también! Lo ha dicho la portavoz de Convergència: “El sistema catalán ha bebido del español durante todos estos años de democracia, así que si el sistema catalán, según el PP, está corrupto, quiere decir que el otro también. Sería un motivo más para defender el Estado independiente”. ¡Otro trago de estelada! ¡Más 1714! ¿Quién dijo 1978?, ¡eso es agua de Vichy, y queremos orujo! ¡Todos al Born, a ver la exposición Cinc sentències de mort, sobre catalanistas fusilados por Franco! ¡Hay que renovar el ardor de las tropas! De la Lliga Catalanista y su fundador Cambó, que de su propio bolsillo financió a Franco, y de toda la burguesía catalana que le apoyó, ni una palabra. ¡Más mártires, es la guerra! ¡Que sí, que tendremos más jueces, más ecología, más autopistas, y violines, y puestas de sol, y 16.000 millones! Visca Xauxa lliure!
Algunos, este 11 de septiembre, nos quedamos en casa, o vamos a Tarragona a proponer: “Recuperem el seny”. De acuerdo, ser abstemio es menos emocionante, pero preferimos aburrirnos que despertarnos el día de mañana con dolor de cabeza, sin las llaves de casa, y cayendo por fin en la cuenta de que ese chico tan simpático que nos ponía las copas, un tal Jordi, nos ha robado la cartera.

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