Puntualmente, a la hora prevista, unas treinta personas han llegado a Alibri, preparadas y con ganas de escuchar a Carmen Domingo, autora del libro “Derecho a decidir. El mercado y el cuerpo de la mujer”. Apenas hecha la presentación por Manuel Fernández, federalista del Moianès, sin apenas tiempo para que Carmen explique el porqué del título y su doble sentido, comienza un intenso debate entra el público asistente y la autora, siguiendo el hilo que ella misma propone en el texto. ¿Hay libertad de elección en la prostitución, los vientres de alquiler o en la forma de vestir?
Después de un largo y enriquecedor debate con aportaciones de casuísticas diversas de la vida cotidiana, información de sorprendentes posicionamientos del mundo académico e incluso visiones filosóficas confrontadas, se concluye que el proclamado derecho a decidir de las mujeres en relación a su cuerpo se convierte en uno sin sentido, no existe. En un sistema capitalista como el nuestro, el dinero limita la posibilidad de elección. El derecho a decidir no es ejercitable porque las condiciones materiales, sociales y culturales, entre otros el patriarcado, lo impiden.
Elevar a la categoría de contrato laboral la práctica de la prostitución, contratar el alquiler de vientres o considerar que el velo de las mujeres árabes son la expresión libre y voluntaria de las mujeres, fruto de un supuesto derecho a decidir, es una trampa y un engaño a evidenciar, evitar y denunciar.