Miro mi entorno, las instituciones, la política y la gente que han formado parte de mi vida, y me cuesta pensar que se trata del mismo país en el que he hecho de maestro y en el que he ejercido cargos institucionales como miembro de una formación política que ya no existe.
Me pellizco a mí mismo y no paro de repetirme que no puedo caer en la nostalgia ni en una pueril idealización del pasado. Ciertamente, mi nombre, la rivalidad política ha existido siempre, las diferencias de clase no tienen precisamente cuatro días, y los mundos en los que se han desarrollado los diversos grupos sociales y cada persona han sido siempre muy diferentes. Trato de averiguar qué ha pasado y de explicarme a mí mismo en el que han cambiado tanto las cosas, y se me plantean muchas más preguntas que respuestas.
Lo cierto es que percibo que la evolución que ha vivido nuestro país en los últimos diez o doce años ha llevado a una situación nueva, muy distinta de la que partía. No me interesa averiguar si el proceso político hacia el independentismo de buena parte del catalanismo político es una continuación del pujolismo. Estas líneas no pretenden en absoluto hacer un análisis de esta evolución, ni de sus causas ni de sus dinámicas. No. Mi mirada es la de un ciudadano corriente, interesado por la suerte de su país, que ha creído y que sigue creyendo, eso sí, que sólo la Política en mayúsculas, en su concepción más noble de la palabra, nos puede ayudar crear los marcos institucionales y legales que permitan concretar ideales como la igualdad, la libertad y la fraternidad / solidaridad, y que posibiliten que las personas que vivimos de nuestro trabajo con toda la dignidad, podamos hacer oír nuestra voz y acreditar colectivamente nuestro peso. Pero también es la mirada de un ciudadano corriente que se ha comprometido en la política en minúscula, en la política institucional (12 años en el ayuntamiento de Igualada, 6 años a la Generalitat de Catalunya), en la militancia y en la política de calle, y que por lo tanto, trata de entender por qué pasan las cosas, también las del mundo político y de la sociedad.
Hoy veo un país dividido …, más allá y con más profundidad de lo que había sido hasta hace unos años. No quiero centrarme en el análisis de las causas que han llevado a esta situación, pero yo sitúo, tan sólo para tener un marco cronológico claro, los desencadenantes de esta evolución, en cuanto a España, al 1996 , con la formación del primer gobierno de José Mª Aznar, del Partido Popular, y con respecto a Cataluña, el año 2010, cuando el Tribunal Constitucional emite su famosa sentencia que modifica el Estatuto de Cataluña. Más allá de la gran diversidad de posiciones que todos nosotros tenemos sobre infinidad de temas y aspectos de la vida colectiva, característica de una sociedad compleja y avanzada como es la catalana, en relación al sentimiento de pertenencia y la relación entre Cataluña y España se ha ido conformando una sociedad dividida en dos grandes bloques, que se han ido separando progresivamente cada uno de ellos en relación al otro, que cada vez tienen menos cosas en común entre sí, que se ignoran, que no se tienen respeto mutuamente, y que tienen referentes ideológicos, culturales y afectivos cada vez más alejados. Creo que lo más relevante de este hecho es que se trata de mundos cada vez más cerrados en sí mismos, con una gran impermeabilidad, y muy cohesionados internamente por vínculos esencialmente emocionales más que racionales. También creo que hay que destacar que los principales actores políticos, sociales y mediáticos de aquí y de allí que han impulsado la dinámica que nos ha llevado hasta aquí, no reconocen el hecho de este cierre como tal. Y también que es muy significativo de la situación actual que la ciudadanía, que se siente atada por motivos básicamente emocionales a un sector o a otro, mayoritariamente tampoco es plenamente consciente de esta división, ni del cierre que la acompaña, ni de las consecuencias que esta situación puede conllevar.
Xavier Badia i Cardús
Igualada, 1 de junio de 2020
Artículo original en catalán: https://federalistesdesquerres.org/2020/12/xavier-badia-i-cardus-des-de-la-sinceritat-i-la-preocupacio-un-cop-dull-a-lavui-1/