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“Durante meses y meses, hemos oído a periodistas, analistas, políticos e incluso profesores universitarios e investigadores propalar la idea de una victoria de los eurófobos en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2019 o cuando menos, de un
aumento significativo que les permitiera bloquear esta institución clave. Esta predicción no tenía ningún fundamento en los sondeos que se venían publicando, incluyendo los estudios mensuales que compilaba la propia Eurocámara. En efecto, los resultados han vuelto a mostrar una clara mayoría pro-europea compuesta por democristianos, socialdemócratas, liberales y verdes, mientras que los euroescépticos y los eurófobos (que no son lo mismo) han pasado de controlar el 23% de los escaños (antes estaban en el 20%). Todo esto a pesar del éxito electoral de personajes como Salvini, Le Pen y Farage, que a pesar de ser los más votados en tres países clave, no representan el sentir general de la ciudadanía europea.
Esta intoxicación no es nueva. La viene denunciando con tesón el catedrático Francisco Aldecoa, el muy activo presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo.”

El momento europeo: la Unión como oportunidad