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“Los problemas territoriales son conflictos de poder y competencias. Quizás, para resolverlos debamos aplicar el principio de subsidiariedad que propugna el federalismo: las competencias debe ejercerlas el órgano que pueda hacerlo de forma más eficiente, porque no estamos hablando de cuestiones de fe, y al final lo que importa es dar un mejor servicio al ciudadano. A mi entender, deberíamos mantener las competencias básicamente como las tenemos, pero  modificando de forma pragmática lo que no acaba de funcionar. Por tanto, se trata de desbrozar los problemas, uno por uno y encontrar la solución que mejor cumpla el objetivo. A veces la solución implicará mejorar la coordinación, en otros casos implicará que el gobierno español coja las riendas del conflicto y en otros casos, que acabe de transferir y ordenar lo que es disfuncional porqué aún está a medias.”

¿Más centralismo o más autonomía? (El Triangle, 31 de julio de 2019)