ActualidadOpinión

“Porque lo que se vivió hace casi una semana, el martes pasado en Estrasburgo, fue la conversión del nuevo nacionalismo catalán a un movimiento antieuropeo que, como casi todos los que ahora son, invoca la libertad y la democracia directa para criticar las instituciones. Me disculparán el desahogo, pero me resultó especialmente penoso escuchar a Carles Puigdemont dando lecciones a la Unión Europea. Y lo lamento también por los pocos miles que se fueron hasta Estrasburgo, con amplia representación entre ellos de jubilados que, otra paradoja, siguen cobrando su pensión mientras se la garantiza un Estado del que quieren irse. Y ya no les importa si en la deriva dejan de ser europeos. Es más, esta Europa ya no interesa…”

Adéu, Europa (La Vanguardia, 8 de julio de 2019)