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“Pronto nos quedaremos sin palabras para referirnos a la parálisis del gobierno de Torra, se agotarán los calificativos que nos permitan mantenernos en el ámbito de la crítica respetuosa y educada para quienes rigen las instituciones catalanas. Este escenario se intuye inevitable y preocupante, porque Torra existe, y además está creando escuela del mal gobernante. No hay que desesperar de que en algún momento se manifieste alguna voz discrepante desde el propio Consell Executiu ante tanta ligereza política y abandono de la acción de gobierno. En algo hay que creer para no caer en el desánimo más absoluto.”

La ironía es para irónicos (Crónica Global, 4 de julio de 2019)