«Las divisiones y fracturas sociales existentes en Cataluña no pueden ser negadas u ocultadas. Están ahí, por mucho que no nos agraden, incluso por mucho que nos preocupen y angustien. Hoy, Cataluña es un espejo roto. No roto solo en dos grandes pedazos, como algunos afirman, sino partido en gran número de pedazos. Y la única solución posible después de tanta división, de tanta fractura, de tanta y tanta rotura, pasa y pasará, de forma inevitable e inexorable, por la recomposición completa del espejo roto. De todos y cada uno de los pedazos del espejo roto.»
Y todavía pretenden negar la fractura de la sociedad catalana. (Crónica Global, 19 de septiembre de 2018)