GeneralOpinión

Empieza a ser fácil cargar contra el proceso por los resultados que ya se perciben. La sociedad catalana más dividida que nunca, un partido nacido para impugnar el catalanismo convertido en mayoritario en Cataluña y en gran fuerza ascendente en España, las instituciones intervenidas por decisión del Gobierno central, un descrédito general aquí y fuera de la política catalana que necesitará décadas para superarse. A muchos de nosotros, de los que ya habíamos alertado de la futilidad de esta empresa, nos resultaría fácil ahora regodearnos en la derrota de la política oficial de los “irresponsables” —Jordi Amat los define así- que nos han gobernado casi sin interrupción desde 1978. Pero no hay que imitar al adversario y cometer errores a la altura de una política insolvente desde los propios fundamentos. Hay que poner los puntos sobre las íes y restaurar a la vez la paz civil en el país.

Estrategia e inmoralidad, por Josep maria Fradera (El País 18/01/2018).