ActualidadEspacio Federalista

Sant Joan Despí, 28 de septiembre de 2017

Verso 47 de ‘La pell de Brau’ de Salvador Espriu

“En la llei i el pacte

que sempre guardarás,

en la duresa del dialeg

amb els qui et són iguals,

edifica el lent temple

del teu treball,

alça la nova casa

en el solar

que designes amb el nom

de llibertat”.

Dadas las especiales circunstancias de estas fechas, deseo concentrar mi intervención en tres ideas, que me parecen corresponder a las mismas.

1. Los jueces tienen la posibilidad de poner fin a los grandes abusos y de hacer progresar la libertad y seguridad de los ciudadanos. En una comunidad regida por el pluralismo democrático, el ciudadano debe tener clara conciencia de que la ideología política de los servidores del Estado no tiene porqué condicionar sus resoluciones. A estos principios corresponden las Resoluciones del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya sobre los responsables del referéndum ilegal.

2. Un texto del filósofo Juan Ramón Capella, que se ha mostrado contrario al referéndum, a propósito de la autodeterminación de los pueblos. ”No se defiende la autodeterminación de los pueblos por una interesada búsqueda de aliados, se defiende por principios, con la pretensión de basar un proyecto emancipatorio de la vida en común, en el respeto de la dignidad y de los derechos de todas las personas”. No es, en absoluto, lo que está ocurriendo en Catalunya ni se desprende, ni por asomo, de la Ley 20/2017, de “transitoriedad jurídica”. Es un proyecto autoritario que quiebra los principios de un Estado democrático.

3. Hace 90 años el maestro de juristas Hans Kelsen, en su obra Teoría General del Estado (Viena,1926) ya planteó que el Estado federal representa un aumento del grado de descentralización, que representa distribuir las competencias ejecutivas y legislativas entre la Autoridad central y las locales, hasta el punto de conferir a los órganos legislativos locales (“países” o “Estados miembros”) la competencia para darse la Constitución en su esfera particulas”. Y minimizaba el problema de la soberanía en el “Estado federal”, si correspondía a los “Estados miembros” o a la “Federación”. Era, decía, un pseudo problema.

El problema, evidentemente,no es nuevo. Y tampoco lo es en nuestra historia. La Constitución de 1978, ahora menospreciada y pisoteada por el Govern de la Generalitat y sus aliados, ya avanzó en esa dirección al reconocer, tras cuarenta años de dictadura, a los pueblos de España “el derecho de autogobierno”. Ahora, ciertamente, ya no es suficiente.

Pero solo podrá avanzarse en la dirección del Estado federal si todos, sin excepción alguna, y sin condiciones previas, aceptan y se someten estrictamente a la vigente legalidad democrática. Muchas gracias.