Los problemas que enfrenta la actual constitución del ’78 en su camino hacia una reforma federal, y cómo estos conflictos se reproducen también a escala europea, fueron algunas de las cuestiones que centraron un debate moderado por Victòria Camps
Bajo el título ‘España federal, Europa federal”, el pasado 4 de julio, el Group of the Progressive Alliance of Socialists & Democrats del Parlamento Europeo organizó una mesa redonda en Barcelona con los catedráticos de derecho constitucional de la Universidad de Sevilla y Valencia, Javier Peréz Royo y Francisco Caamaño. La mesa fue moderada por la catedrática emérita de ética de la UAB y vicepresidenta de Federalistes d’Esquerres, Victòria Camps. Intervino también la coordinadora de la delegación del grupo socialista en el parlamento europeo, Iratxe García.
“Una constitución antifederal”
En sus intervenciones, Javier Pérez Royo explicó que las comunidades autónomas han funcionado hasta ahora y representan la relación real y diaria de los ciudadanos con el estado. Sin embargo, la constitución del ‘78 reconoce las provincias pero no las comunidades autónomas en lo que dice relación al poder territorial lo que genera problemas de cara a avanzar en una reforma federal.
A su juicio, la constitución del ‘31 posibilitaba avanzar en un sentido federal y el borrador de la del ‘78 también, pues se hacía una propuesta de senado federal en que no figuraban las provincias como una circunscripción necesaria. “Todo eso desapareció y empezaron las modificaciones (entre ellas del senado que se volvió provincial) que bloquearon cualquier evolución en el sentido federal de la actual constitución”, explicó en la jornada.
Pérez Royo cree que los constituyentes consiguieron que la constitución del ‘78 sea antifederal basando la articulación del estado en las provincias. “La anomalía es que la constitución del ‘78 no tiene constitucionalizada la estructura real del estado, que son las comunidades autónomas”, señaló.
Según Peréz Royo hay cuestiones que demuestran que la constitución no se redactó de forma neutral sino para proteger aspectos como la monarquía y el bipartidismo dinástico.
Por ese motivo, cree que la constitución no se puede reformar, sino que se debe desmontar del todo. “No es un problema de ingeniería constitucional, es un problema de legitimidad. Hay que reformar el congreso de los diputados y disolver el senado para recuperar la legitimidad”, aseguró.
Francisco Caamaño destacó que el federalismo parte de la idea de que la soberanía es compartida, en la cultura federal nadie tiene todo el poder. “Los gobiernos multinivel pueden convivir perfectamente. Lo único que debe ser perfectamente soberano somos nosotros con nuestro voto. Los estados federales son flexibles y no actúan igual si hay guerra o crisis que si no. El ciudadano debe saber quien hace qué para poder usar el voto en consecuencia y poder exigir responsabilidades a quien corresponde”, explicó.
Respecto a la desigualdad y las diferencias, destacó que en un sistema federal la desigualdad se interviene con discriminación positiva. A los diferentes, en cambio, solo se les pueden aplicar leyes de respeto a la diferencia y a la dignidad, intentando reconocer la competencia y la diferencia, aunque genere aspectos competitivos naturales.
Explicó también que el federalismo de ejecución en España no puede funcionar porque no resuelve los conflictos políticos entre niveles. “El federalismo es competición, es apelar a la responsabilidad y a la buena gestión de los recursos. El federalismo debe ser competitivo, no cooperativo ni de ejecución. Garantizar una carta de prestaciones mínimas y un presupuesto para cooperación, pero nada más a partir de esos mínimos”, propuso.
Respecto a la intervención de Pérez Royo, se mostró de acuerdo con el ‘antifederalismo’ de la actual constitución. “El autonomismo no es más que la disculpa permanente del centralismo. Es el centro haciendo un hueco a aquellos que protestan un poco para intentar que dejen de quejarse. La pregunta debería ser otra: ¿qué estamos dispuestos a ceder al centro?”, afirmó y propuso invertir la cláusula residual de manera que todo lo que no está en manos de los estados federados, queda en manos del centro, no viceversa. “Lo que hay que pensar es que queremos que sea del centro”, aseguró.
“Avanzar en una Europa federal”
Iratxe García centró su intervención en el rumbo de Europa, de una Europa federal en construcción. A su juicio, las carencias del modelo territorial de España desde el ‘78 que plantean Pérez Royo y Caamaño, también son evidentes en Europa. “Los objetivos de dejar atrás una Europa unida y no confrontada y periódicamente en guerra han quedado cortos. El debate en Europa tiene que ser el mismo que en España. Tendremos que definir el centro de la UE y por tanto los poderes de los estados miembro para que todo pueda ganar en coherencia” afirmó. “Hemos hecho una política monetaria sin política económica y Grecia es un ejemplo de los déficits de la construcción de la UE”, añadió.
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