Editorial de Federalistes d’Esquerres, 7 de mayo de 2015. El necesario enderezamiento político y moral de la sociedad catalana y española tiene que partir desde abajo, desde los municipios, desde los ámbitos más cercanos donde la ciudadanía se puede plantear los primeros pasos de un orden político nuevo, más democrático y más atento a las necesidades sociales. Desde una visión federalista, más y mejor democracia local es el primer paso hacia un más y mejor gobierno democrático
El día 24 de mayo tenemos elecciones municipales; y además, en la mayoría de España, elecciones autonómicas simultáneas. Pero ¿cómo serán estas elecciones?
Para muchos ciudadanos, será la primera oportunidad de votar después de la agudización de la crisis y de la revelación de los escándalos político – financieros que han sacudido a todos los grandes partidos. Por lo tanto, existe una gran tentación: plantear las elecciones de mayo como un referéndum sobre el “sistema”. Votar a uno de los grandes partidos sería dar, a pesar de todo, un voto de confianza a una parte de la estructura política vigente y a sus posibilidades de auto-regeneración. En cambio, los electores rebeldes pueden optar para alguna de las ofertas nuevas, aparentemente minoritarias y políticamente más “radicales”: las municipales de mayo serán el primer acto de un ciclo electoral que tiene que acabar con las elecciones generales de finales de año. También existe la tentación de votar en clave identitaria tal como, sin duda, defenderán los partidos soberanistas en un intento de manipular las elecciones locales.
Pero en este contexto, ¿alguien se recuerda de los problemas de los municipios, de los hombres y mujeres que viven allí? Es evidente que lo que sucede a escala local depende profundamente de lo que pasa a nivel general; y también a la inversa: es en las ciudades donde se ven las concreciones de las grandes ideologías. Pero está claro también que cada pueblo es un mundo, que las recetas que aquí funcionan allá no lo hacen, y que una sana vida local necesita un grado elevado de autonomía.
Un gran politólogo español escribió que las elecciones “son municipales, pero no locales”. Y esto es especialmente cierto en lo que dice relación a las izquierdas federales: la articulación política de una sociedad democrática empieza por debajo, por el adecentamiento colectivo de los ámbitos de la vida cotidiana, y progresivamente hacia círculos territoriales más amplios.
El necesario enderezamiento político y moral de la sociedad catalana y española tiene que partir desde abajo, desde los municipios, desde los ámbitos más cercanos donde la ciudadanía se puede plantear los primeros pasos de un orden político nuevo, más democrático y más atento a las necesidades sociales. Desde una visión federalista, más y mejor democracia local es el primer paso hacia un más y mejor gobierno democrático.
Federalistes d’Esquerres, 7 de mayo de 2015