«Cuando renunciamos al progreso como sueño colectivo (en aquella canción, que ya nadie sabe, al sueño se le llamaba la lucha final), el progreso que perdimos como reivindicación de clase iba a convertirse en una forma de chantaje. Los ideales son lo primero que se lleva a la casa de empeños, pues parece que no abrigan.»
Sin ideales, estamos desnudos (Cadena Ser, 26 de diciembre de 2020)