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«El concepto de feminización de la pobreza no se utilizaba pero ella estaba convencida que la pobreza tenía rostro de mujer y que ésta era una de sus manifestaciones más lacerantes. No existían recursos institucionales para acompañar y acoger a las víctimas de explotación sexual, ni a sus hijos e hijas, pero Núria había creado sus propios itinerarios informales que consistían en buscarles un sitio donde vivir y un trabajo en una bolsa de empleo que había montado con personas afines. Ella creía, antes que el concepto de abolicionismo formara parte de la lucha feminista, que todas las mujeres tenían el derecho a no ser prostituidas. Y que como sociedad teníamos la obligación de darles respuesta porque las personas tienen derechos que deben ser cubiertos con políticas públicas financiadas con impuestos, no con beneficencia.»

Núria, nos harás mucha falta (El Triangle, 19 de septiembre de 2020)