·»Lo primero que hay que decir es que semejante utilización torticera del Parlament no hace sino contribuir a la degradación y al descrédito de la institución. Una labor de erosión de la democracia representativa muy propia de los tiempos populistas que vivimos. Por otra parte, el nacionalismo siempre ha tenido una concepción patrimonialista de las instituciones del autogobierno, que considera su particular cortijo: una poderosa maquinaria donde colocar a su gente y desde la cual tejer tupidas redes clientelares.»
Centinelas en Varennes (blog lluisrabell.com, 8 de agosto de 2020)